sábado, 8 de junho de 2013

"Sólo un acto de locura nos separa del mayor cataclismo social que jamás se haya visto"

Las autoridades federales de EE UU siguen visiblemente preocupadas por el riesgo que supondría para la nación un ataque EMP, pulso electromagnético por sus siglas en inglés, con independencia de que éste fuese desencadenado por una tormenta solar extrema o por una detonación nuclear en atmosfera sobre su territorio, cuyo radio podría alcanzar también a sus países vecinos, México y Canadá. Según el Presidente del Comité de Defensa del Parlamento del Reino Unido, James Arbuthnot, "tenemos
que presentar a la atención internacional el hecho de que, potencialmente, se trataría de la mayor catástrofe que ha golpeado el mundo en siglos".

Así acaba de quedar de manifiesto nuevamente esta semana en las sesiones del EIS Council, o Consejo para la Seguridad de las Infraestructuras Eléctricas, que han tenido lugar en el Capitolio de los Estados Unidos con asistencia de congresistas, responsables de seguridad nacional, responsables de redes eléctricas o expertos tan destacados como Tom Bogdam, Director del Centro de Predicción del Clima Espacial de NOAA, o Jhon Kappenman, artífice de los principales estudios sobre los riesgos de las tormentas solares para las redes eléctricas e infraestructuras.

Duras intervenciones todas ellas, como quedan a la vista por si misma y a la vista del propio video elaborado por el propio EIS Council nada más concluir.

Así, intervenciones como la de Joe McClelland, Director de la Oficina de Seguridad de las Infraestructuras Eléctricas de la FERC, expresaban con toda claridad el sentir imperante de las autoridades reunidas:

"Voy a decir lo que tengo que decir muy claramente: una disrupción magnética solar, un ataque EMP sobre nuestra red eléctrica, son eventos inevitables, es sólo una cuestión de tiempo, y según nuestros estudios nuestra civilización está completamente desprevenida ante esto", lo que la
congresista Yvette Clarke, miembro del Comité de Seguridad Nacional refrendaba con idéntica contundencia "la probabilidad de que un evento geomagnético severo termine golpeando nuestra red eléctrica es de un 100%".

Ello mientras otras intervinientes como Mikael Odenberg, representante de la Red Eléctrica Nacional Sueca y asistente esta semana en el Capitolio, alertaban de forma igualmente contundente sobre los devastadores efectos: "No habría suministros, ni agua potable, ni comida, ni gasolina, ni transporte, ni comunicaciones, ni asistencia médica", sostenía.

"El EMP es una de entre un reducido número de amenazas que sería capaz de poner en peligro la propia continuidad de la existencia de la sociedad civil estadounidense", sostenía igualmente el Dr. Robert Hermann, asesor científico de la comisión. Todo ello en la línea de otras declaraciones previas como las del Presidente del EIS Council de las que ya había venido informando nuevatribuna.es y en las que se advertía que, en caso de producirse un evento EMP de alcance continental, entre 7 y 9 personas de cada 10 “quedarían en una situación insostenible para la vida".

Desde el Observatorio del Clima Espacial, que una vez más ha divulgado los links y materiales del encuentro del Capitolio en nuestro país a través de su página de divulgación, y lo ha remitido a distintas instituciones españolas, reconocen la peligrosidad del EMP como "evento de baja probabilidad pero de altísimo impacto".

"El EMP es algo que ha pasado desapercibido durante largos años pero que está ahí desde antes de lo que pensamos" sostienen, "ya en plena crisis de los misiles de Cuba, y como parte de su escalada, el 22 de Octubre de 1962 la Unión Soviética llevó a cabo su primera prueba de EMP controlado sobre una
apartada región rural de Kazajistán, la prueba K, arrasando colateralmente la tecnología, redes eléctricas y comunicaciones de cientos de kilómetros cuadrados de territorio; pocos meses antes, el 9 de julio de 1962, Estados Unidos había llevado a cabo, igualmente, su propia prueba EMP "Starfish Prime", en este caso detonando en altura sobre alejadas zonas del Océano Pacífico", explican.
"Lo que sucede ahora es que tras el fin de la guerra fría y su extraño orden internacional el EMP se ha convertido en la carta equilibradora de la nueva lógica asimétrica, la que todo el mundo quiere tener, incluido determinados grupos terroristas internacionales para los que un EMP sería su sueño hecho realidad, como quedó de manifiesto en los trabajos de la Comisión para la amenaza EMP del Parlamento Británico el año pasado. Y junto a ello está la probabilidad recientemente estimada de en torno a un 5% de repetición de un Evento Carrington lo que supondría una suerte de EMP natural, aunque con sus propias particularidades", "Hay preocupaciones reales a tomar en consideración en Europa y Norte América en su justa medida", concluyen.

Una de las figuras políticas más destacadas en materia de EMP en Estados Unidos, el congresista Trent Frank, advertía ésta semana en el Capitolio que nuestras instituciones continúan sin estar preparadas para el EMP y que por ello "sólo un acto de locura nos separa del mayor cataclismo social que jamás se haya visto", ¿puede nuestra sociedad tecnológicamente dependiente haber subestimado la amenaza del EMP en la elaboración de los planes de seguridad de nuestras redes, satélites e infraestructuras ?

Fonte: www.nuevatribuna.es



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